Escuela de Capacitación CePA.
Centro de Pedagogías de Anticipación.

Curso en Sede:
"Familia y Escuela en la Diversidad", Primer Cuatrimestre.
Sede Central 9ª. Av. Santa Fé 4300.

Núcleo:
"Sujetos e Instituciones."

Diseño y Publicación del material, Prof.Patricia Mendy.
2007

jueves, 3 de mayo de 2007

Familias ensambladas.

Los terapeutas Antonio Laurito y María prejuicios y mitos en torno a las segundas parejas que comparten la crianza de los hijos:

"Los tuyos, los míos y los nuestros". El aumento mundial del número de
divorcios trajo consigo el concepto de familia ensamblada, mixta o
reconstituida, compuesta por una pareja, de los cuales uno o ambos miembros
tienen hijos de uniones anteriores. Dentro de ella entran tanto las segundas
parejas de viudos/as, divorciados/as y las madres solteras. La noción de
familia y pareja se ha ido modificando con el paso del tiempo, y el número
de familias ensambladas iguala o supera a las de origen. Lo que antes era
habitual, ahora es una rareza. Las personas cambian de trabajo, de
profesión, se mudan varias veces a lo largo de su vida, y no necesariamente
se unen "hasta que la muerte los separe".

Lo que distingue a la familia ensamblada es la presencia de hijos desde el comienzo mismo de la relación de pareja. Es una configuración familiar no tradicional que cada vez tiene mayor difusión en nuestra sociedad y en el mundo occidental.

¿Cuáles son los ciclos vitales y prejuicios que giran en torno a las
familias ensambladas? Tanto las familias ensambladas y constituidas a partir
de parejas legalmente casadas como las unidas de hecho, se encuentran
sometidas a las mismas tensiones y desafíos. En su seno convergen problemas
psicológicos, sociales, jurídicos y educativos, donde los hijos
inevitablemente se encuentran en el medio de la escena. La consolidación del
vínculo de pareja es la base de estas familias.

"Cada vez son más los niños que nacen en familias con estas características,
donde no existen modelos previos, por eso es que necesitan algún tipo de
orientación. Muchas veces se constituye una nueva familia con la idea de la
original, sin embargo, en esta nueva unión se genera un marco diferente",
resalta Diehl.

Las familias ensambladas son exitosas cuando alcanzan la estabilidad. Con
tiempo y esfuerzo, sus miembros aprenden a ser tolerantes, flexibles y
creativos, conviviendo con las diferencias. Los chicos tienen en el hogar
ensamblado un modelo de pareja que se ama, que contiene al grupo familiar y
se encuentra feliz con esta segunda oportunidad.

"Muchas veces el conflicto se agudiza cuando los hijos son adolescentes. Es un momento difícil en el que el chico trata de separarse de sus padres, poner distancia y reafirmar su identidad. Es preciso establecer reglas claras y ser tolerantes", afirma Laurito, quien remarca la diferencia con los niños menores de diez años, ya que se adaptan mejor y requieren de poco tiempo para lograr un ensamble exitoso.



CARACTERÍSTICAS SOBRESALIENTES
La mayoría de las familias ensambladas nacen de una pérdida, esto
significa que todos los integrantes del nuevo grupo familiar deben a
adaptarse a los cambios luego de una relación familiar primaria. Los adultos
deberán reponerse, y los chicos, entre otras cosas, renunciar a su fantasía
de reunir a sus padres nuevamente.
Los ciclos individuales, maritales y familiares son incongruentes. Una
pareja comienza su relación mientras el hijo de uno de ellos es adolescente,
o bien una persona sin hijos se encuentra repentinamente a cargo de un niño
o adolescente.
Las relaciones padre-hijo preceden a las de la pareja, y al principio, los
vínculos con los hijos son más intensos que con la nueva pareja. Esto genera
frecuentemente conflictos de lealtades. Para quien se muda a la casa del
otro, los sentimientos de exclusión y soledad son casi inevitables al
comienzo.
Existe un padre o una madre actualmente presente o en el recuerdo, que a
pesar de haber concluido el vínculo como pareja, la nueva familia deberá
convivir con la presencia (real o virtual) de un ex-marido o una ex-mujer.

En el caso de divorciados hay que conciliar las necesidades de la pareja
actual con las de la ex-pareja, lo cual muchas veces implica contactos y
negociaciones. Es necesario compatibilizar dos hogares, con escalas de
valores y hábitos de vida diferentes. Es importante que todos los
integrantes entiendan que las reglas no son mejores ni peores.
Al duplicarse la familia, mayor será la cantidad de interacciones a
ensamblar, incluso relaciones de parentesco que no tienen nombre. Abuelos,
tíos y primos nuevos que deberán conocerse y eventualmente definir algún
tipo de vinculación. El divorciado con hijos no sólo tiene un ex -cónyuge,
sino también una ex- familia política. Pero cuando forma nuevamente un
hogar, entra en escena otra nueva.


ALGUNOS MITOS A DESTERRAR
Las expectativas pueden resultar frustrantes cuando se piensa que esta nueva
relación será igual a la anterior. Cada familia es una microcultura que
proviene de otra, y que requiere de un tiempo de adaptación con respecto a
las costumbres y el lenguaje. "Es como un inmigrante que reside en otro
país", ejemplificó Diehl.
Pensar que las familias ensambladas provenientes de una viudez son más
fáciles de adaptar, es otro de los mitos. Esta realidad genera otro tipo de
situaciones debido a la ausencia y el recuerdo de uno de los progenitores.

Un pensamiento que también resuena en los consultorios es "si me quiere a
mí, también va a tener que querer a mis hijos". Por sentirse enamorados, el
cónyuge enseguida supone que tendrá una buena relación con los hijos de la
pareja, y esto no sucede de un día para el otro. Los cambios deben ser
paulatinos, y llevan mucho más tiempo que en una familia primaria. La pareja
debe establecer un vínculo sólido para llevar adelante una familia
ensamblada y generar jerarquía para estipular límites, hábitos y todo lo que
implica un nuevo hogar.
Otras veces las confrontaciones surgen ante dispares expectativas de la
pareja. Un hombre cuyos hijos viven con la ex esposa, se casa o convive con
una chica soltera diez años menor y sin hijos. La urgencia de esta mujer por
procrear puede entrar en colisión con la necesidad de su pareja de sentirse
aliviado porque ya crió a sus hijos, además de la complejidad que significa
para sus hijos aceptar no sólo a su pareja sino a un nuevo hermanito.

La consolidación del vínculo de pareja es la base de una familia ensamblada.
Tanto el padre como la madre deberán buscar espacios particulares con cada
uno de los integrantes de la familia, con la finalidad de beneficiar la
relación individual. "Un vínculo con un hijo que no es propio se construye
con mucho esfuerzo y tolerancia", remarcan finalmente los terapeutas.

Más información: www.familiassiglo21.org.ar y www.familiasyparejas.com.ar
Paulina Schmidt

Paulina Schmidt
Copyright 2003 LaCapital.com.ar
Un aporte de Alicia Piccardi

No hay comentarios.: